lunes, 5 de mayo de 2014

Una hora de amistad sincera

Reportaje 27-Feb-2011 La Opinión Tenerife 
El Banco del Tiempo apuesta por prescindir del dinero para fomentar 
el intercambio de servicios voluntarios en la ciudad.

Un taller de reciclaje organizado durante el pasado mes por el Banco del Tiempo.
Un taller de reciclaje organizado por el Banco del Tiempo. 

"Se ofrece una hora de amistad sincera". Así reza una de los cientos de ofertas del tablón del Banco del Tiempo del área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife. A su alrededor figuran otras que ofrecen desde masajes a tortillas de papas pasando por labores de limpieza, asesoramiento informático o clases de piano. Sus ofertantes, los más de 110 socios que tiene esta organización en la actualidad, han decidido prescindir del dinero para tejer un nuevo modelo de convivencia en el que sesenta minutos es la única moneda válida.

Tiempo por tiempo. Esta es su filosofía y su apuesta para mejorar sus vidas y su entorno sin necesidad de que ni un solo céntimo cambie de manos. El sistema es sencillo. Cada uno de los socios pone al servicio de los demás sus capacidades culinarias, lingüísticas, mecánicas o manuales para satisfacer sin coste alguno las demandas de otro miembro de esta comunidad. 

"Queremos fomentar un cambio del modelo de convivencia basado en la proximidad y en la confianza. El funcionamiento es fácil: tú haces algo que yo necesito... ¿para qué necesitamos depender del dinero?. Utilicemos el trueque en el que la única moneda es el tiempo que empleas en realizar un servicio que alguien necesita", explica Ágata Yáñez, una de las coordinadoras de la iniciativa nacida hace más de un año en la capital siguiendo el modelo de otros proyectos similares repartidos por todo el mundo.

Ella misma destaca que los bancos del tiempo persiguen hacerse un hueco en medio de la una sociedad tan individualizada como la actual para devolver a sus miembros algo que ya parece olvidado por muchos: compartir. "Desde aquí tratamos de transmitir valores como el compañerismo, la solidaridad y la colaboración. Además, sirve para estrechar los lazos con las personas de tu entono y hacer grandes amigos", subraya mientras esboza una sonrisa. "Aquí queda claro desde el principio que no es más quien más tiene, sino quien sabe disfrutar de lo que tiene", añade. 

Desde que el banco de tiempo del área metropolitana dio sus primeros pasos su número socios no ha dejado de crecer. Sus miembros aseguran que el boca a boca y las relaciones que se establecen entre sus integrantes han tejido una red de sólidos lazos en el que todos arriman el hombro. "Estamos convencidos de que un cambio de modelo es posible. Hay que salir de un sistema en el que lo único que se valora es tener más. Aquí intentamos ser autónomos y al final llega un momento en el que tomas conciencia de que el dinero no es lo importante", asegura Alberto de Armas, otro coordinador. 

Bajo esta idea muchos jóvenes y mayores del área del metropolitana se han sumado a la iniciativa, formando una organización que se ha convertido en "un punto de encuentro de la diversidad". La socia de menor edad apenas tiene trece años y se encarga de cuidar a las mascotas del resto ´accionistas´ del banco cuando estos se encuentran de viaje. En el extremo contrario está Adriana Velásquez, una jubilada que derrocha vitalidad y ganas de ayudar a los demás. "Ya no tengo que trabajar, tengo tiempo, estoy sana y tengo ideales. Yo no pierdo mi tiempo, lo regalo", afirma. 

Según explica, cada hora de trabajo empleada en el banco del tiempo sirve como estímulo positivo para quien la realiza. "Es una manera de sentirse útiles para los demás. Hay muchas personas que no están satisfechas con su profesión. Esta es una segunda oportunidad para elegir y poner en marcha aquello que te hace realmente feliz", manifiesta. 

En su opinión, este incentivo es todavía más fuerte para aquellos en situación de desempleo. "El hecho de no tener un puesto de trabajo no significa que no puedas desempeñar esta labor por los demás. ¿Qué haces con todo lo que llevas dentro? Esa energía y esos conocimientos tienen que encauzarse en una buena dirección. Es una buena manera de sentirse útiles", razona Adriana Velásquez mientras el resto de miembros de la mesa asienten con la cabeza. 

Todos juntos planifican ahora la que será su próxima gran actividad. Durante el mes de abril su local de reunión acogerá la primera edición de una feria "de muestras y muestritas", una oportunidad para reunirse y dar a conocer sus servicios al resto de miembros de la comunidad y al resto de los ciudadanos interesados en la iniciativa.
ANDRÉS LOBATO, SANTA CRUZ DE TENERIFE

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